DOCENCIA

PROYECTO EDUCATIVO

PRINCIPIOS GENERALES QUE INSPIRAN NUESTRA ACCIÓN EDUCATIVA

El colegio “Santiago el Mayor”, cuya titularidad corresponde a la Fundación Santiago el Mayor”, lleva a cabo su labor educativa inspirado en los siguientes principios:

A) Colabora con los fines que la sociedad civil asigna a su sistema educativo haciendo propios los principios que lo inspiran, presentes en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), en la Constitución Española (1978); -Acuerdos Santa Sede-Estado Español (1979) y en las Leyes vigentes, LODE (1985) y LOE (2006), LOMCE, así como en el Currículo de Castilla la Macha:

  1. La igualdad de oportunidades a una educación de calidad para todos los alumnos, en el respeto a los derechos y libertades fundamentales y a los principios democráticos. 
  2. La transmisión de los valores que sirven de fundamento a la libertad personal, a la responsabilidad social, a la igualdad y a la solidaridad mediante la participación en la sociedad civil.
  3. La concepción activa de la educación como elemento compensador de las desigualdades personales y sociales.
  4. La participación de los distintos sectores de la comunidad educativa, en el ámbito de sus correspondientes competencias y responsabilidades, como medio para la consecución de los objetivos de la educación.
  5. La concepción de la educación como proceso permanente que obliga a dirigir la acción docente hacia el desarrollo de capacidades para aprender a aprender.
  6. La convicción de que la creatividad, la iniciativa personal y el espíritu emprendedor de los educandos se han de fundamentar en un alto sentido de la responsabilidad y en hábitos de esfuerzo personal.
  7. El fomento y la promoción de la investigación, la experimentación y la innovación educativa en el centro, junto con la flexibilidad de estructuras y organizaciones, harán posible adaptar la acción docente a las necesidades cambiantes de la sociedad y de los alumnos.
  8. El reconocimiento de la función docente como factor esencial de la calidad de la educación.
  9. La convicción de que un modelo integrado de Convivencia, que aboga prioritariamente por la negociación inteligente y pacífica de conflictos, por la mediación, antes de llegar a la sanción o después de la misma, caso de que fuese necesario sancionar, es cauce para lograr una verdadera Comunidad Educativa.
  10. La eficacia del centro está vinculada a la capacidad del mismo para evaluar sus diseños, su organización y el proceso de enseñanza aprendizaje.

B) En cuanto escuela católica el colegio “Santiago el Mayor”, encuentra su verdadera justificación en la misión misma de la Iglesia: proclamar el mensaje evangélico. Funda, por lo tanto, su acción educativa en los siguientes principios:

  1. La escuela católica es verdadero sujeto eclesial, y dirige su acción a la formación de la personalidad cristiana de sus alumnos.
  2. El espíritu evangélico debe manifestarse a través de un estilo cristiano de pensamiento y de vida que impregne todos los elementos del ambiente educativo.
  3. El ambiente general del centro debe estar animado por un espíritu de paz, bien, fraternidad universal y libertad.
  4. Los educadores, como personas y como comunidad, son los primeros responsables en crear el peculiar estilo cristiano del colegio.
  5. La cultura humana y las ciencias del saber tienen su autonomía y su metodología y, por lo tanto, deben ser expuestas con objetividad. Sin embargo, el educador expone críticamente ciencia y cultura sin separarla de la fe, situando en el centro de su enseñanza siempre a la persona en su integridad.
  6. El respeto a la libertad religiosa y de conciencia de los alumnos y de las familias, firmemente tuteladas por la Iglesia, no puede suponer renuncia a la libertad de proclamar el mensaje evangélico y de exponer o proponer los valores humanos de él derivados.

C) En cuanto centro alentado desde su fundación por hondo deseo de servicio eclesial a la Sociedad de Toledo y su comarca:

 

  1. Una entrega total de los educadores a la tarea de la educación con espíritu de gratuidad, paciencia, autenticidad y amor a los alumnos. Ello supone una atención a su persona trascendiendo su rendimiento académico.

 

  1. Un clima de alegría y cercanía, que brota del diálogo, apoyo y comprensión mutua y se traduce en un trato respetuoso, sencillo y cercano entre todos los que forman la comunidad educativa.

 

  1. El Mensaje de Jesús como centro de la vida del Colegio e inspirador de la educación en valores que se pretenden transmitir.

 

  1. Una pedagogía del corazón, hecha de cercanía y de acompañamiento, por la cual los educandos se han de sentir respetados, atendidos, comprendidos, aceptados y valorados.

 

  1. El espacio escolar ha de ser lugar de encuentro para la configuración de una comunidad educativa cristiana. Comunidad que comparte una misma misión con diferentes estilos de vida.

 

  1. El empeño de integrar a los padres de los alumnos en el proceso educativo escolar, para lo cual se han de buscar espacios educativos que permitan una acción conjunta planificada.

 

  1. DIMENSIONES Y ÁMBITOS EDUCATIVOS

 

En el siguiente cuadro se sintetiza lo que se puede entender por una educación integral de la personalidad del alumno, teniendo en cuenta la adquisición de Competencias Básicas (LOE): cuáles son las dimensiones que comprende dicha integralidad y en qué ámbitos se han de desarrollar. En cada uno de los espacios de intersección, se describe muy brevemente su contenido.

 

ÁMBITOS UNO MISMO MEDIO FÍSICO MEDIO FÍSICO
COGNITIVA
(Saber)
Valoresintelectuales
(CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8)
Conocer el propio cuerpo.Conocer e interpretar el propio “ser”.Conocer e interpretar la propia “forma de ser”.  Conocer e interpretar el medio físico.Conocer e interpretarlos mecanismos que rigen el medio físico. Conocer e interpretar las leyes que rigen el medio físico.  Conocer e interpretar el medio social.Conocer e interpretar los mecanismos que rigen el medio social. Conocer la cultura y los valores que rigen la sociedad.
TECNOLÓGICA
(Saber hacer)
ValoresTecnológicos
(CC. BB. 1, 3, 4, 5, 7, 8)
Dominio del propio cuerpo (procesos motores y psicomotores)  Dominio técnico de objetos e instrumentos. TIC  Dominio de habilidades sociales
ESTÉTICA
Valores estéticos
(CC. BB. 1, 2, 3, 4, 6,7, 8)
Cuidado de uno mismo (buen gusto). Atención equilibrada de la estética del propio cuerpo.  Admiración,contemplación de la naturaleza. Creación estética.  Captación, admiración y contemplación del patrimonio cultural estético
AFECTIVA
Valores afectivos
(CC. BB. 1, 5, 7, 8)
Autoconfianza. Autovaloración. Autodominio. Autoestima. Automotivación.  Utilización de las cosas en función de las necesidades. Austeridad. Distanciamiento afectivo y creativo de las cosas Superación de inhibiciones y prejuicios limitadores de la comunicación. Dar y recibir. Entrega. Integración grupal. Cooperación
SOCIAL
Valores sociales
(CC. BB. 1, 3, 4, 5, 6,7, 8)
Afirmación del yo ante, con y para los demás. Respeto y cuidado de los bienes comunes. Actitudes tolerantes y democráticas. Derechos y deberes cívicos. Interacción social. Educación Intercultural. 
ÉTICA
Valores éticos
(CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5,6, 7, 8)
Conciencia autónoma. Deberes para consigo mismo. Responsabilidad ante sí mismo Utilización de medios y materiales físicos en función de fines naturales. Respeto a la vida.  Respeto, justicia,solidaridad. 
RELIGIOSA
Valores religiosos
(CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5,6, 7, 8)
Experiencia religiosa individual.  Visión cristiana de lo que nos rodea: el Mundo, la casa de todos.  Compromiso cristiano. Experiencia cristiana comunitaria. Visión cristiana de la realidad multicultural
  1. FINALIDADES (OBJETIVOS GENERALES)

 

Inspirado en los principios citados anteriormente, el Colegio “Santiago el Mayor”, se propone, como finalidades de su acción, hacer posible que los educandos, al término de su escolaridad en el Centro, alcancen un nivel de maduración, con la consiguiente adquisición de Competencias Básicas, que concretamos en los siguientes rasgos de personalidad:

 

  1. Dimensión cognitiva o del saber (CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, )

 

  1. a) El conocimiento de uno mismo, que comienza por el conocimiento del cuerpo y sigue con el conocimiento de la propia forma de ser, de las verdaderas capacidades personales, y ha de llegar a la comprensión del propio ser en tanto que persona.

 

  1. b) Conocer e interpretar el medio físico a través de las leyes y mecanismos que lo rigen, así como las técnicas de estudio, de investigación y de experimentación que le posibiliten avanzar de forma permanente en su conocimiento.

 

  1. c) Conocer e interpretar críticamente el medio social: los distintos mecanismos de funcionamiento, los rasgos culturales, propios y ajenos, y los valores que rigen a las sociedades en los distintos contextos históricos.

 

  1. Dimensión del saber hacer (CC. BB. 1, 3, 4, 5, 7, 8)

 

  1. a) Dominio del propio cuerpo mediante un adecuado desarrollo de la psicomotricidad y los hábitos relacionados con la salud.

 

  1. b) Dominio técnico de objetos e instrumentos, especialmente de los relacionados con las nuevas tecnologías.
  2. c) Dominio de las habilidades sociales que le permitan desenvolverse de forma fluida y creativa con los demás: asertividad, flexibilidad, adaptabilidad, comunicación, etc.

 

  1. Dimensión estética (CC. BB. 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8)

 

  1. a) Desarrollo del buen gusto en el cuidado equilibrado del propio cuerpo, desde una visión crítica de los estereotipos sociales y desde la aceptación básica de la propia imagen.

 

  1. b) Desarrollo de la capacidad de admiración, contemplación y goce estético ante las manifestaciones naturales y ante las humanas de contenido artístico. Desarrollo de la capacidad de creación estética.

 

  1. c) Desarrollo de la capacidad de admiración, contemplación y goce estético del patrimonio histórico y cultural de la sociedad a la que se pertenece, así como del de otros pueblos.

 

  1. Dimensión afectiva (CC. BB. 1, 5, 7, 8)

 

  1. a) Desarrollo de una imagen positiva de sí mismo conducente a un adecuado nivel de autoestima desde el que el educando pueda aceptar sus limitaciones y potenciar sus capacidades.

 

  1. b) Capacidad de usar las cosas y los bienes de consumo en función de necesidades reales, y de superar dependencias afectivas respecto a ellos.

 

  1. c) Capacidad de crear vínculos estables con los demás, de integrarse en los grupos de pertenencia, y de establecer relaciones a través de las cuales se aprenda a dar y a recibir, a dar sin recibir y a entregarse de forma comprometida.

 

  1. Dimensión social (CC. BB. 1, 3, 4, 5, 6, 7, 8)

 

  1. a) Desarrollo del sentimiento de pertenencia a los distintos grupos con los que se está vinculado sin pérdida de la identidad ni de la autonomía personal.

 

  1. b) Desarrollo de las actitudes de respeto y de cuidado responsable de los bienes comunes y del medio físico.

 

  1. c) Desarrollo de las actitudes democráticas, así como de la equilibrada toma de conciencia de deberes y de derechos, y la superación de prejuicios y estereotipos sociales, como base de la interacción social y de la Interculturalidad propia de nuestro ámbito social. Desarrollo de la capacidad de trabajar en colaboración con los demás.

 

  1. d) Desarrollo de Habilidades Sociales que favorezcan una Convivencia pacífica y enriquecedora para todos.

 

  1. Dimensión ética (CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8)

 

  1. a) Desarrollo progresivo de una conciencia moral autónoma que permita al educando llevar a cabo la incorporación personal de los valores éticos y responder ante sí mismo de los deberes que estos exigen.

 

  1. b) Desarrollo de actitudes de respeto y defensa de la vida, así como de la utilización de los medios físicos con los que se interactúa en función de fines naturales.

 

  1. c) Desarrollo de una conciencia clara del valor persona que permita a los alumnos responder ante los demás con actitudes de respeto, de justicia, de solidaridad, etc., y que les induzca, llegado el caso, a tomar parte en acciones comprometidas de ayuda dentro de grupos de voluntariado social.

 

  1. Dimensión religiosa (CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8)

 

  1. a) Capacidad de cultivar la experiencia de Dios, revelado a los hombres en Cristo como Salvador, así como de la intimidad religiosa a través de la oración.

 

  1. b) Desarrollo de una visión cristiana de la realidad del entorno que les permita leer e interpretar los datos de la ciencia y de la cultura desde claves evangélicas.

 

  1. c) Desarrollo de la capacidad de compromiso cristiano con las realidades sociales, y de compartir la experiencia religiosa comunitaria a través de los sacramentos y de otras celebraciones litúrgicas. Desarrollo de la conciencia de pertenencia a la comunidad parroquial correspondiente.

 

  1. d) Respeto y valoración de otras Religiones presentes o no en el Centro.

 

  1. CÓMO ENTENDEMOS EL PROGRESO EDUCATIVO EN NUESTRO CENTRO

 

Coherentemente con nuestra perspectiva personalizadora de la educación y con nuestras finalidades educativas inscritas en el ámbito del humanismo cristiano, entendemos el aprendizaje del alumno como un proceso de maduración cognitiva, afectiva, social y de la libertad. Partimos de la convicción de que todo crecimiento en estos cuatro espacios de su personalidad pone a nuestros alumnos en disposición de tomar opciones más libres y conscientes por los valores de trascendencia que les proponemos incorporar a su vida.

 

En consecuencia, diseñamos los objetivos del aprendizaje de nuestros alumnos en torno a los estándares de maduración que en dichos cuatro campos se corresponden con la edad evolutiva de los mismos. Asumimos que las diversas áreas o asignaturas no son sino medios o instrumentos para alcanzar esa madurez. Así pues, al diseñar los objetivos de aprendizaje en cada uno de los ciclos y en cada una de las áreas de aprendizaje, no nos preguntamos únicamente qué tiene que aprender un alumno, sino qué efecto pretendemos que produzca en la maduración de su personalidad aquello que aprende, hasta que punto van a ir adquiriendo las competencias básicas que les capaciten para afrontar la opción vital que tomen al salir del Centro y para seguir creciendo en todos los aspectos a lo largo de su vida. Así pues, estos son nuestros planteamientos al respecto:

 

 

  1. La madurez cognitiva (CC. BB. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8).

 

Entendemos que la madurez cognitiva viene determinada por la presencia de una estructura mental que actúe como referente de interpretación de la realidad, y por el desarrollo progresivo de unas capacidades intelectuales que les permitan seguir aprendiendo a lo largo de su vida y ser dueños de un pensamiento autónomo. En consecuencia:

 

  1. Los contenidos de cada área o asignatura se organizarán de tal manera que, poniendo siempre el valor persona como centro de dicha organización, posibilite al alumno integrar todos los conocimientos de los distintos campos de la ciencia y de la cultura en torno al ser humano y, en consecuencia, la persona se convierta en referente de interpretación de dichas realidades.

 

  1. A su vez, entendemos que si los conocimientos no se transforman en capacidades para progresar en el conocimiento, no serán apenas relevantes en el aprendizaje. Por ello, desde el inicio de la escolaridad en nuestro colegio hasta el final de la misma, se orientará la enseñanza de todas las materias al logro de capacidades y destrezas intelectuales para que el alumno capte información por sí mismo, para que realice las complejas operaciones de elaboración de esas informaciones y pueda comunicarlas con fluidez y precisión.

 

  1. La madurez afectiva (CC. BB. 1, 5, 7, 8).

 

Simultáneamente, y a través de la actividad de aprendizaje, el alumno debe desarrollar los estándares de maduración que se corresponden a su edad en lo referente a la afirmación de su yo o crecimiento de su autoestima. A la hora, pues, de diseñar los objetivos del aprendizaje de nuestros alumnos, establecemos también metas progresivas, en función de las edades, referidas a este campo.

 

  1. La madurez social (CC. BB. 1, 5, 6, 7, 8).

 

En estrecha relación con el desarrollo afectivo, el alumno ha de desarrollar una madurez social. Tal madurez apunta a objetivos de equilibrada integración y creativa interacción social con los distintos círculos personales con los que convive, teniendo en cuenta que en ellos puede encontrarse con personas procedentes de otros países, con lo que ello conlleva.

 

  1. La madurez de la libertad (CC. BB. 1, 5, 7, 8).

En nuestro centro no entendemos la educación simplemente como la acción dirigida al modelado de conductas de nuestros alumnos, sino como una acción de influencia dirigida a posibilitar que vaya haciendo un uso creciente y responsable de su libertad.

 

Por todo ello, el Colegio articulará toda su enseñanza en torno a objetivos coherentes entre sí a lo largo de los distintos ciclos y etapas, progresivos y adaptados a la edad evolutiva de sus alumnos en estos cuatro ámbitos de su desarrollo.

 

Esta opción de aprendizaje conduce a que la evaluación del progreso educativo del alumno no se lleve a cabo solamente en torno a los conocimientos adquiridos, sino en torno a indicadores de maduración en los espacios aludidos a través de la adquisición de Competencias Básicas, claves para la vida. Asimismo, los métodos de enseñanza han de ser coherentes con estas intenciones.

 

La adopción de este modelo de enseñanza-aprendizaje exige el compromiso activo de todos los agentes de la comunidad educativa del Centro.

 

  1. DESCRIPCIÓN DE LA SITUACIÓN.

 

Las Finalidades u Objetivos Generales expuestos anteriormente son para nosotros el referente de valoración de la realidad de nuestro centro y de su entorno. A la luz de tales objetivos leemos e interpretamos las circunstancias concretas del mismo que nos conduzcan a evaluar y a discernir cuáles son las áreas de atención preferente en la acción educativa. Con este criterio hemos llevado a cabo el estudio de situación de nuestro colegio a fin de detectar cuáles son aquellos ámbitos educativos que demandan una dedicación prioritaria en nuestra planificación. Del estudio realizado, deducimos las siguientes orientaciones:

 

  1. El entorno urbano de nuestro colegio “Santiago el Mayor”, es el correspondiente a un distrito de clase media y, en un porcentaje reducido, media alta y baja. Detectamos, sin embargo, que la influencia en la educación de nuestros alumnos procede, no tanto del específico y estricto ámbito geográfico y socioeconómico en el que está situado el colegio, que no presenta un cuadro de problemas específicos o diferenciados de otros ambientes similares, cuanto del clima de valores, estilos de vida y vigencias sociales presentes en la sociedad global.

 

Así pues, se constata que el sistema de valores desde el que pretende orientar su acción educativa el Colegio, no solo no es coincidente con el sistema de valores promovidos por la sociedad en la que está inserto, sino que, en muchos casos, es claramente divergente.

 

Por otra parte, a pesar de que van aumentando las ofertas culturales de las que goza el entorno del colegio, el clima cultural, creado por los medios de comunicación, de mayor incidencia que el institucional en la formación de nuestros alumnos, y el uso abusivo o incorrecto de las nuevas tecnologías, se presenta con mucha frecuencia como un obstáculo para el aprendizaje que el Centro pretende que lleven a cabo sus alumnos.

 

  1. En el marco del descrito entorno geográfico y socioeconómico, se sitúa el entorno familiar de nuestros alumnos. Familias formadas por obreros, empleadas de hogar, profesionales y funcionarios, empleo precario, en paro. La formación académica corresponde al nivel de estudios secundarios, hay varias familias con estudios universitarios y algunas cuyos padres no alcanzaron la titulación de estudios primarios o básicos.

 

Al confrontar la realidad familiar de nuestros alumnos con la posibilidad de alcanzar nuestras finalidades educativas, tanto los docentes como los padres coinciden en advertir que hay determinados déficits que condicionan la eficacia de la labor formativa escolar.

 

Así, se constata que ha de intensificarse la colaboración y el acuerdo entre ambos, familia y Colegio, para planificar estrategias de mejora en la educación y el aprendizaje de sus hijos.

 

Al mismo tiempo, es coincidente también la percepción de ambos de que el clima familiar de bajo nivel de exigencia y de esfuerzo limita notablemente la posibilidad de alcanzar mejores rendimientos en el aprendizaje. A ello contribuyen también actitudes excesivamente pragmáticas por las que se tiende a valorar más el éxito académico que el esfuerzo, las calificaciones más que el progreso en el aprendizaje.

 

Por su parte, la muestra de padres de los alumnos consultada pone de relieve tres carencias más que reconocen como dificultades determinantes para alcanzar los objetivos que se propone el colegio: la dificultad de diálogo y comunicación entre padres e hijos, la incapacidad que sienten los padres para afrontar determinados conflictos o dificultades que les plantea la educación de sus hijos y la creciente vulnerabilidad de las estructuras familiares que ponen en peligro el desarrollo del equilibrio emocional del educando.

 

  1. Por lo que respecta a los servicios complementarios, se tiene conciencia de rentabilizar al máximo las disponibilidades. Los posibles déficits de infraestructuras materiales son compensados con recursos de orden pedagógico y didáctico. La labor de atención a los alumnos con necesidades especiales de aprendizaje y, en general, la atención a la diversidad, áreas a las que el colegio es especialmente sensible, se ven limitadas por la falta de los recursos humanos y materiales necesarios, de los que debe responder la Administración, por tratarse de un centro concertado.

 

  1. Los educadores del centro, con un buen nivel científico respecto a las materias o áreas que imparten y con una buena formación pedagógica, tratan de proporcionar una atención personalizada a sus alumnos –aspecto nuclear de nuestra pedagogía y de nuestro proyecto educativo–, tanto a través de sus correspondientes labores docentes ordinarias como a través de la acción específica de las tutorías.

 

Entienden, no obstante, que en el hecho de la calidad educativa incide de forma especial y prioritaria el nivel de motivación que, como profesionales, puedan alcanzar en el ejercicio diario de su labor. Tal motivación debería alcanzar la máxima identificación de los docentes con nuestra misión evangelizadora y educadora. Para ello, se advierte la necesidad de una formación sistemática y continua y de una mayor participación en la vida interna del Centro.

 

Por otra parte, manifiestan la necesidad de programar coordinadamente las enseñanzas y de incrementar el trabajo en equipo con el fin de alcanzar una mayor eficacia de la acción educativa del Centro y de ir avanzando en su carácter propio.

 

  1. Por lo que respecta al ejercicio de la función directiva, se valoran como prioritarias aquellas acciones dirigidas a definir y a sostener de forma clara los objetivos del centro a corto, medio y largo plazo; a dinamizar el equipo para el logro de dichas metas, y a cohesionarlo para configurar una verdadera comunidad educativa.

 

Asimismo, entienden que facilitar la participación de los miembros de dicha comunidad educativa en las tomas de decisiones que les afectan, garantizando los objetivos de calidad del Proyecto Educativo, y, según los ámbitos que a cada grupo le corresponde, ha de ser el medio para la creación y articulación de dicha comunidad educativa.

 

Por último, estiman que una misión prioritaria de la función directiva ha de ser la de administrar los recursos materiales y humanos con criterios de eficacia educativa y de consecución del carácter propio del Centro.

 

  1. Todos los ámbitos citados confluyen de forma activa en los perfiles de la formación que nuestros alumnos adquieren en el Centro. Detectamos que, a la luz de nuestras finalidades, van mejorando los niveles de desarrollo cognitivo relacionados con los conocimientos, las destrezas intelectuales y la capacidad de expresión que adquieren nuestros alumnos. Quizás estos logros, junto con la atención personalizada que los educadores les prestan, expliquen la elevada ratio de alumnos con la que contamos.

 

No obstante, y siempre tomando como referente nuestras más específicas finalidades, estimamos que se ha de prestar una atención especial a aquellos otros objetivos que se manifiestan más deficitarios en el análisis de la situación, tanto en el campo de los valores cívicos, humanos y evangélicos como en el del desarrollo de la mentalidad crítica y en el de la autoafirmación progresiva de su yo.

 

Prioridades

 

Por lo tanto, el colegio prestará una atención especial, y durante el tiempo que sucesivas evaluaciones lo aconsejen, a la consecución de los siguientes objetivos de formación de sus alumnos

 

  1. Que los alumnos interioricen progresivamente los valores de la sociabilidad y cultiven las correspondientes actitudes de respeto, tolerancia y solidaridad comprometida.

 

  1. Que los alumnos desarrollen progresivamente una mentalidad crítica ante propuestas de aprendizaje, medios de comunicación y acontecimientos de su entorno

 

  1. Que los alumnos desarrollen una religiosidad reflexiva y comprometida

 

  1. Que los alumnos vayan adquiriendo progresivamente un alto nivel de autoestima, de autonomía personal y de equilibrio emocional.

 

Para la consecución de dichos objetivos, además de las correspondientes actividades de aprendizaje estratégicas que los docentes programarán de acuerdo con criterios profesionales y de forma coordinada, el centro dará prioridad a los siguientes propósitos:

 

  1. La creación de espacios de encuentro y de colaboración entre padres y educadores para armonizar las acciones educativas. Se incorporarán programas de actuación que hagan posible que, en cada aula, se configuren comunidades educativas de padres y de profesores para establecer objetivos comunes de educación, estrategias mancomunadas de actuación y procedimientos de evaluación del logro conseguido en torno a dichos objetivos.

 

  1. La incorporación crítica a las programaciones curriculares de las actuales vigencias culturales y sociales presentes en la vida diaria de nuestros alumnos, con el fin de ponerlos en disposición de hacer juicios de valor sobre los mismos y adoptar conductas coherentes con los valores que preconiza el centro.

 

  1. Incrementar el espíritu y la práctica de trabajo en equipo de los docentes, de manera que se lleve a cabo una programación, una ejecución y una evaluación coordinada y permanente de las labores educativas.

 

  1. La apertura de espacios en los cuales los educadores puedan tomar parte con espíritu creativo en decisiones que les afectan para el mejor logro de los objetivos fundamentales del centro.

 

  1. La creación de un clima con suficiente capacidad de motivación en el que los educadores encuentren alicientes para mejorar su acción educativa. y los alumnos su formación académica y personal.

 

  1. La programación de planes sistemáticos de formación, de actualización y de profundización del profesorado en las áreas prioritarias, según las finalidades del centro y las necesidades de mejora de este.

 

  1. El progresivo desarrollo e implantación de un Plan de Convivencia consensuado y conocido por todos.

 

En esta línea de intenciones prioritarias, el Centro organizará sus planes de actuación estratégica, estableciendo metas progresivas, señalando los procesos y utilizando los instrumentos permanentes de evaluación que le permitan diagnosticar la adecuación entre fines y medios e introducir las mejoras pertinentes.

 

 

  1. PAUTAS DE ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL CENTRO

 

Los fines que persigue el colegio “Santiago el Mayor” y el modelo educativo que oferta a la sociedad exigen, ineludiblemente, que los distintos miembros y grupos (representantes de la titularidad, profesores, personal de administración y servicios, padres o tutores legales de alumnos, y alumnos) se configuren como una comunidad educativa cristiana. Por ello, además de asumir como propias las pautas y las estructuras organizativas prescritas por la Administración, adopta aquellas que considera más pertinentes en orden a conformar dicha comunidad.

 

  1. La entidad titular

Fundación Santiago el Mayor”: es la entidad titular del colegio; presidida por el Sr. Arzobispo de Toledo. Asume, como tal, la responsabilidad última del Centro y del mantenimiento de los fines últimos de este, enunciados en el presente Proyecto Educativo. En consecuencia, asume la última responsabilidad ante la Iglesia, ante los poderes públicos, ante la sociedad y ante todos los miembros de la comunidad educativa.

 

La Entidad Titular, en tanto que empleadora, entiende y asume los derechos y deberes propios de las relaciones laborales no como simples relaciones contractuales, sino como medios necesarios para facilitar a las personas contratadas el más pleno cumplimiento de su vocación original: la secularidad. Con espíritu comunitario, pues, las decisiones propias de este campo tendrán siempre presente la colaboración, para que los distintos miembros lleven a cabo las funciones propias dirigidas a la perfección de su estado y el “compromiso temporal”.

 

  1. La dirección del centro

 

El director Titular representa oficialmente al Colegio, es el responsable del cumplimiento de la normativa vigente y orienta y coordina toda la actividad del Centro en orden al logro de los objetivos del presente Proyecto Educativo. Si bien su nombramiento y su cese corresponden al Sr. Arzobispo de Toledo y a la Fundación “Santiago el Mayor”, éste tendrá especialmente en cuenta las consideraciones y propuestas del conjunto del equipo docente y de la comunidad educativa, elemento nuclear de la comunidad educativa, llamado a tomar parte en las decisiones que le afectan.

 

La función directiva podrá ser ejercida por cualquier docente miembro de La comunidad educativa (sacerdote o laico) que reúna las condiciones legales y las de idoneidad para el cargo estimadas por la entidad titular.

 

El nombramiento de los cargos directivos del Colegio se producirá conforme a las normas de organización y funcionamiento del Centro, recogidas en nuestro reglamento de Régimen Interno.

 

El director/a, así como el resto de los cargos directivos, dispone del espacio de autonomía propio del ejercicio de las funciones que se les señalan en el reglamento de régimen interior, tanto en relación con la entidad titular como en relación con los demás órganos colegiados del centro.

 

  1. El consejo escolar

 

Independientemente de la composición y de las atribuciones de control y gestión que la normativa vigente establece para el Consejo Escolar, el Colegio desea poner en el primer plano las funciones de participación, con el fin de que se visualice en él el espíritu de comunidad, eje central de nuestra organización.

 

Para ello, es necesario que la titularidad y la dirección del centro, como miembros de dicho Consejo, mantengan claros en él, de forma permanente, los objetivos y finalidades del Centro; que los miembros de cada sector ejerzan una representación real y operante, y que estén claramente definidos cuáles son los temas de los que los distintos representantes deben ser informados, cuáles son aquellos sobre los que han de ser consultados, y cuáles los que van a ser decididos por el conjunto de los miembros del Consejo.

 

 

  1. El departamento de Orientación.

 

El Colegio, como establece la Legislación, cuenta con un servicio de Orientación, que atiende a los alumnos con necesidades educativas específicas, coordina la orientación escolar, la respuesta a la diversidad y el plan de acción tutorial.

 

Creemos que este Departamento es pieza clave en la consecución de los objetivos marcados en este proyecto educativo; por ello, en el desarrollo de sus funciones y en la tarea de promover la coordinación entre los tutores, los profesores, las familias y los alumnos, tendrá como objetivo principal poder desarrollar los principios enumerados en este proyecto educativo.

 

  1. Los profesores

 

Los profesores-educadores son el núcleo de la comunidad educativa de nuestro centro. Si esta, además, ha de ser cristiana, se supone que es legítimo que el colegio demande de ellos una identificación básica con los valores germinales de su Proyecto Educativo cristiano.

 

A este respecto, el Colegio hace suyo el reconocimiento del derecho a la libertad de cátedra del profesor (Constitución Española, Art. 5.3), pero entendiendo que tal derecho está subordinado y es dependiente del derecho de los padres a elegir el modelo educativo y del de los titulares a dirigir un proyecto fundamentado en unos determinados valores. El profesor contará con la autonomía suficiente para el ejercicio de su libertad profesional, garantizando la coordinación curricular y la eficacia académica y educativa. La entidad titular, la dirección y el conjunto del equipo docente velarán para evitar cualquier tipo de intromisión de cualquier otro agente externo en dicho espacio de autonomía.

 

En su condición de miembro de una comunidad, el profesor, bien directamente, bien a través de los distintos grupos de participación, ha de tomar parte en las decisiones que le afectan y en las que afectan a la colectividad. Participará, pues, en la determinación de los objetivos instrumentales para alcanzar los fines del Proyecto Educativo, en la toma de decisiones acerca de las estrategias más adecuadas para alcanzar aquellos, y en la evaluación de los logros conseguidos.

 

La opción de vida por la secularidad de los profesores laicos no constituye limitación ninguna para acceder a funciones de dirección y de administración del centro, a la coordinación de actividades diversas de pastoral o a cualquier otra labor propia de la vida del colegio.

 

Dentro del espíritu comunitario, la entidad titular tomará en cuenta las consideraciones y propuestas del equipo docente y del personal no docente ante los cambios de estatus o cambios estructurales que deba acometer el centro, teniendo en cuenta siempre el bien común, dentro de las finalidades últimas de la institución y del colegio.

 

Constituyen tareas típicas del profesor en nuestro centro, además de las propias de la dirección del progreso de aprendizaje del alumno, tal como ha quedado definido en el presente Proyecto Educativo, la labor de orientación del alumno, independientemente de que se ejerza o no responsabilidad tutorial, y la labor de integración de los padres de los alumnos en los procesos educativos, de acuerdo con las fórmulas que el centro articule a tal efecto.

 

Asimismo, debe entenderse que, asumida la delegación de la Iglesia y de la institución ante sus alumnos, el profesor incorpora al conjunto de las tareas propias la dirección de aquellas actividades curriculares o extraescolares que el colegio organice dentro de su misión evangelizadora.

 

El profesor dispondrá de medios para su formación permanente, tanto en el ámbito profesional como en el ámbito referido a las finalidades últimas del centro, de acuerdo con las necesidades detectadas en el colegio y de acuerdo con sus posibilidades reales. Nuestro Centro se incorporará a los programas de calidad educativa promovidos desde instancias corporativas de la Escuela Católica.

 

Los profesores de nueva incorporación al Centro se comprometen a asumir este Proyecto Educativo y a participar en las actividades formativas que el colegio establezca para la mejor integración en la totalidad del mismo.

 

Los horarios de actividades académicas y complementarias se establecerán siempre teniendo en cuenta el bien mayor de los alumnos. Cualquier otro interés de padres, profesores o entidad titular se subordinará a aquel.

 

  1. Los alumnos

 

La persona del alumno en proceso de formación integral es el centro de toda la actividad educativa de nuestro centro. Además de los derechos y deberes que se les reconocen a todos en la legislación vigente, nuestro Colegio, teniendo en cuenta su Plan de Atención a la Diversidad, buscará siempre responder a las necesidades concretas de cada alumno. A este respecto, y dentro de las posibilidades del Centro, cobrarán especial importancia los programas de apoyo y refuerzo educativo, la orientación escolar y profesional y, en general, todas aquellas actividades regladas y no regladas destinadas a la compensación de déficits de diverso origen o a la sobredotación intelectual.

 

El Centro reconoce y respeta la libertad de conciencia de sus alumnos, sus convicciones religiosas y sus convicciones morales. Desde ese respeto, sin embargo, el Centro, definido como de carácter propio católico, proporciona una educación fundamentada en el mensaje de Jesús, en la enseñanza de la Iglesia, y los valores humanos que se derivan de él. Articula sus enseñanzas y organiza sus actividades en torno a dicho mensaje y valores, y, en consecuencia, el alumno tiene el deber de respetarlos. El Colegio, además de garantizar un clima general de presencia de los valores anteriormente señalados, oferta a los alumnos que así lo deseen unos espacios de profundización y unos espacios de compromiso cristianos más específicos desde el Departamento de Pastoral, y los diversos órganos de coordinación parroquial, de zona pastoral y diocesana.

 

Con el fin de integrar a los alumnos en la vida de la comunidad educativa y en función de su edad, existe en el Centro una Junta de delegados de Curso, de la que también forman parte los representantes de alumnos en el Consejo Escolar, al objeto de promover actividades, canalizar sus opiniones, proponer soluciones a los distintos problemas que surjan en la vida colectiva y posibilitar la iniciativa y la creatividad.

 

Así mismo, queremos crean un Grupo de bienvenida y acompañamiento de

Alumnos nuevos, formado por Alumnos, y con un Equipo de Mediación, formado por alumnos, profesores y padres.

 

 

  1. Los padres y madres de los alumnos

 

Los padres y madres de los alumnos son los agentes primeros de la educación de sus hijos y, por ello, su participación en los procesos educativos de sus hijos no puede limitarse al momento de elección de Centro. La normativa vigente establece vías de participación a través de representantes en el Consejo Escolar, a través de la Asociación de Padres de Alumnos San Isidoro (APA), de las relaciones personales con los tutores y profesores de sus hijos.

 

Sin embargo, y con el fin de responder más plenamente a las demandas de colaboración y apoyo, tanto en su desarrollo personal como en la educación de sus hijos, el Centro cuenta con una Escuela de Padres. Un grupo de padres, madres, el Director Titular del Centro y, en ocasiones, especialistas en el tema a tratar, participan en reuniones quincenales donde se tratan temas de interés general, relacionados con la formación personal y la educación de los hijos.

 

Tanto los representantes de los padres como el resto de la comunidad escolar tendrán presente que, a la hora de abordar los distintos problemas que puedan surgir en el Centro, se han de guiar por el principio de respeto a la labor profesional de los educadores de sus hijos; por el principio de subsidiaridad, de tal manera que los problemas individuales no se deben convertir en problemas colectivos; por el principio de jerarquía, que conduce a abordar los problemas siguiendo vías ordenadas, y por el principio de cooperación, que da prioridad al diálogo sobre el conflicto.

 

Son los padres, los que al elegir nuestro centro y al colaborar con el mismo hacen posible que el sueño educativo de la Fundación y del Claustro de profesores sea una realidad que crece cada año.

 

Los padres, a través de su asociación, disponen de un espacio de autonomía para planificar y llevar a cabo actividades propias de los fines de aquella en el marco de los objetivos del presente Proyecto Educativo. El Centro contribuirá, con los medios de que disponga en cada momento, a facilitar la realización de dichos fines.